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Las esponjas marinas son literalmente tan suaves como la seda cuando están mojadas, y por eso a los padres les encanta usarlas para la piel sensible de sus bebés. Las esponjas marinas son muy absorbentes, muy suaves, no retienen olores, duran más que las esponjas sintéticas y crean una espuma lujosa. De hecho, muchos expertos coinciden en que las esponjas marinas son la mejor opción para bañar a bebés y niños.
Las esponjas sintéticas están hechas de petróleo y a menudo se les inyecta triclosán, un químico antibacteriano que puede tener efectos negativos en nuestros sistemas nervioso y hormonal.
Las esponjas marinas son hipoalergénicas y no contienen sustancias químicas agresivas, ingredientes artificiales ni toxinas. Los minerales que contienen nutren y benefician la piel. Entre ellos se encuentran, entre otros: calcio, magnesio, sodio, hierro, zinc y potasio.
Si te encanta el medio ambiente, te encantarán las esponjas marinas (sin juego de palabras). Las esponjas marinas son una fuente renovable y totalmente biodegradable. Son una industria sostenible que no daña la Tierra de ninguna manera.
Las esponjas marinas no retienen olores y contienen enzimas que inhiben el crecimiento de moho y bacterias, lo que las convierte en la opción limpia.
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